viernes, noviembre 29, 2013

Cartas desde el "polo" norte...

Una nueva metáfora aletea en el título con el fin de indicar dos cosas. El tiempo que ha pasado, con la cantidad de sucesos sin contar por el camino, a modo de "distancia" al polo norte, y dos... la comparativa del norte con el camino a seguir, siendo la estrella polar la guía de los navegantes en el pasado, cuando las tecnologías no estaban desarrolladas.

Y es que en estos años sucedieron muchas cosas y, sin embargo,
la mayoría de ellas fueron procesos internos de transformación de alguien completamente educado en un sistema autodestructivo, a alguien más afín a ideas libertarias, sin un encasillamiento en ningún grupo conocido. Porque sólo creo que exista un camino posible, pero aún nos resta muchísimo por andar. Crear una palabra, o una comparación para clasificar esto, sería otro error típico de las mentalidades del sistema. Lo importante es el equilibrio.

Como iba diciendo, muchos cambios han pasado: Dejé mi trabajo como autónomo-comercial, y empecé a estudiar de nuevo, con períodos intermitentes. Viajé a Madrid, viví allí casi un año, para intentar cursar la carrera, pero no logré plaza y tuve que volverme a mi tierra, donde logré matricularme. Posteriormente con la entrada en vigor del plan Bolonia intenté salir fuera para continuar la licenciatura, a Argentina, pero me vi envuelto en un mar de convalidaciones. No obstante, todas estas aventuras me agregaron una cantidad de experiencias y contactos que de otra forma habría sido imposible. Miles de recuerdos, y añadidos a mis conocimientos del sistema. Leí libros locales escritos por norteamericanos sobre economía, que jamás habría encontrado en España, viví y vi claramente, cómo era el inicio de una comunidad que estaba iniciándose en el sistema financiero-esclavizador. Ellos se encontraban en una fase a velocidad muy superior a la implementación que vivimos nosotros, del sistema endeudador, concediendo muchos préstamos, "bajos" intereses, bancos a cada esquina, tarjetas para todo el mundo... gente comprando más de lo que puede pagar. Digamos que se presentó ante mí en máxima crudeza y realidad aumentada el endeudamiento de una sociedad. Ahí es cuando más consciente fui de su mecanismo.

Paralelamente a los hechos que relato, en mi mente un proyecto iba cobrando forma con la misma velocidad, al tiempo que iba ganando confianza en mis decisiones, en mí mismo y mis ideales. Era necesario hacer algo, pero luchar con el sistema en su tablero, con sus normas, como David contra Goliath, sería una tarea imposible, motivo por el que en el pasado todo el mundo ha fracasado. Y es que no existe una respuesta mágica, sino distintos caminos e ideas que por separado no tienen sentido, y que requieren de una dirección orquestal tremenda, así como de una línea temporal más extensa de lo que uno pueda llegar a pensar inicialmente, hasta su consecución.

Así nació "el proyecto".